sábado, 14 de noviembre de 2009

Cuento El Hada Blanca

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Fairy Luna







Los colores

Hace mucho tiempo, el mundo no era como lo conocemos ahora, no tenía color. Todo se veía gris.

Un día, el Hada Blanca hizo venir desde muy lejos al Arco Iris, y le dijo:
- Señor Arco Iris, fíjese qué país tan triste, aquí no hay color, solo hay tristeza y melancolía. ¿Le importaría que le hiciese un hechizo mágico para dar color a todo?.



El Arco Iris respondió:
- Yo, que tengo tantos colores, no me gusta verlo todo tan grisáceo, ¡por supuesto que dejaré que me hechices!



El Hada Blanca recitó un conjuro y por arte de magia comenzaron a caer gotas de color. Gotas de color rojo, amarillo, verde, azul, violeta y naranja. Todas los colores querían ayudar.




Verde miró a su alrededor y dijo: - ¡Yo pintaré los campos y los árboles, la hierba tendrá mi color y como me gustan las verduras, muchas de ellas serán verdes como yo! Y dicho y hecho, impregnó todas las cosas que había dicho con su color.



Amarillo era revoltoso y le gustaba jugar, por lo que decidió quedarse para siempre en el Sol, en los limones, en los plátanos ¡que tanto le gustaban!



Rojo era osado, el más atrevido de todos los colores, por lo que pensó que lo mejor le venía era el fuego, los tomates y las manzanas que se comía a menudo.



Naranja no quería trabajar mucho por lo que pensó que lo mejor era dar color a las naranjas con las que preparar un zumo a diario.



Azul suspiró, era el más romántico de todos. - ¡Yo estaré en el mar y en el cielo!, así siempre me admirarán, y enamoraré con mis distintos tonos de azules.



Violeta protestó, pues casi no le quedaban cosas que colorear. Dijo: - Yo, yo... puedo estar en algunas flores... no sé ya qué encontraré para pintar con mi color.







Les llevó mucho tiempo pintar el mundo, pero cuando terminaron hicieron una fiesta para celebrarlo. Todos estaban muy cansados, pero contentos ya que todo había quedado precioso, ¡tan lleno de color.




Además, se dieron cuenta de que uniendo los colores se creaban otros nuevos. Verde y Azul se estaban peleando por colorear un tronco de un árbol, cuando se dieron cuenta que mezclándose formaban otro color. Ellos llamaron a este nuevo color Marrón. Los colores estaban doblemente felices.







La fiesta estaba repleta: los colores, el Arco Iris, el Sol, el Hada Blanca, pero..., ¡Un momento! A alguien se le había olvidado invitar a la fiesta a la Bruja Negra que vivía por allí cerca. De pronto, apareció en un trueno negro. Todos se asombraron y asustaron de su llegada. - ¡Hola!, le dijeron.

- Pero, ¿qué es esto?, ¡una fiesta sin mi permiso!, y además: ¡Qué ven mis ojos!, todo este color me horroriza. ¡Terminaré con esto cuanto antes!


Alzó su varita mágica y dijo: - ¡Abra-Cadabra, que el color desaparezca con mi magia!

Y dicho y hecho, todo volvió a ser gris.



La Bruja Negra se fue de allí riéndose. Todos se quedaron muy apenados y sin colores. Pero el Sol y el Arco Iris se habían escondido (el Sol detrás de una Montaña y el Arco Iris detrás de una nube) en el momento en que la bruja había pronunciado su conjuro, por lo que había encantado a todos menos a ellos dos, que seguían teniendo sus colores.



¿Qué podemos hacer?, ¡Mira cómo ha dejado la Bruja Negra todo nuestro mundo!

El Hada Blanca les dijo: - Solo hay una solución: ¡Sol!, ponte al lado del Arco Iris y da mucho, pero mucho calor!, tanto que le hagas sudar color. Así lo hizo. El Sol calentó con todas sus fuerzas al Arco Iris, rompiendo este a sudar y a sudar, llenando todo nuevamente de color.



¡Bien, bien, viva, viva! Todo volvía a ser bonito, el prado era verde, el mar azul... ¡Era fantástico!



- Pero ¿y si aparece otra vez la Bruja Negra?, dijo Rojo.

- Ya no podrá hacer nada, respondió el Hada Blanca, porque tan solo puede utilizar su magia una vez y ya la ha usado. Nunca más podrá quitar el color.


Y así vivieron todos felices y conocemos el mundo lleno de colores gracias a ellos.



FIN